El dolor de espalda crónico es una de las molestias más comunes en la consulta médica. Muchas veces se atribuye al estrés, a malas posturas o al envejecimiento, pero cuando el dolor persiste por meses y limita la calidad de vida, es momento de considerar que podría estar relacionado con una enfermedad reumática.
¿Cuándo el dolor de espalda deja de ser normal?
No todo dolor de espalda es preocupante. Muchas personas pueden experimentar molestias ocasionales por tensión muscular, esfuerzos físicos o largas jornadas frente a una computadora. Sin embargo, hay ciertos signos que indican que podría tratarse de un problema más serio:
- Dura más de tres meses y no mejora con reposo.
- Se presenta en reposo o durante la noche, despertándote sin motivo aparente.
- Rigidez matutina que dura más de 30 minutos, dificultando moverse al despertar.
- Dolor que mejora con el movimiento, pero empeora con el descanso.
- Historial de enfermedades autoinmunes en la familia, como artritis reumatoide o espondilitis anquilosante.
- Si el dolor persiste y se acompaña de estos síntomas, podría tratarse de una enfermedad inflamatoria de la columna, como la espondilitis anquilosante o la artritis psoriásica.
Enfermedades reumáticas que pueden causar dolor de espalda crónico
Algunas condiciones que afectan la columna y causan dolor persistente incluyen:
- Espondilitis anquilosante: Una enfermedad autoinmune que provoca inflamación en la columna y puede llevar a la fusión de las vértebras, limitando el movimiento.
- Artritis psoriásica: En algunos pacientes con psoriasis, la inflamación puede afectar la columna, causando dolor y rigidez.
- Artritis reactiva: Puede presentarse después de una infección y afectar la columna baja.
- Osteoartritis: El desgaste del cartílago en la columna con el tiempo puede generar dolor crónico.
- Osteoporosis: Puede causar fracturas vertebrales que generan dolor persistente.
Diagnóstico y tratamiento
El primer paso es acudir a consulta para realizar una evaluación completa. Dependiendo de los síntomas, se pueden solicitar estudios como radiografías, resonancia magnética o análisis de sangre para detectar marcadores inflamatorios.
El tratamiento dependerá de la causa, pero puede incluir:
- Medicamentos antiinflamatorios y biológicos para reducir la inflamación en enfermedades autoinmunes.
- Fisioterapia y ejercicios específicos para mejorar la movilidad y fortalecer la espalda.
- Cambios en el estilo de vida, como mejorar la postura, evitar el sedentarismo y mantener un peso saludable.
El dolor de espalda crónico no es algo con lo que debas aprender a vivir. Si llevas meses con molestias que no mejoran, es importante buscar la causa y recibir un tratamiento adecuado.
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